"…Cuando estuvimos allí en el pozo oscuro,
de los pies de los gigantes muy abajo,
y yo miraba todavía el alto muro,
oí decirme: Mira por donde pasas,
fíjate que no pises con tus plantas
las testas de infelices míseros hermanos.
Por lo que me volví, y tuve adelante
y bajo los pies un lago que por el hielo
tenía de vidrio y no de agua el semblante…"
(La divina comedia)
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